viernes, 13 de abril de 2012

Distancia.

Creo que sólo me podrán entender los que realmente tenga a personas importantes lejos. Personas imprescindibles, más bien, y por las que darías los que sea por poderles dar un abrazo. Pero es imposible, porque os separan kilómetros. Y entonces aparecen distintos sentimientos: Rabia, impotencia, pena y un cariño increíble que se siente pocas veces.
Si tengo que hablar de mi experiencia personal, os digo que es la mayor experiencia que se puede vivir. Triste y feliz a la vez.
 Es triste, sí, es muy triste que mi mayor apoyo esté a una distancia que no se puede minimizar con un simple paseo. Y que se pongan mil barreras por delante para poder volver a estar a su lado.
Y lo peor de todo, lo que es horrible de verdad, son las despedidas.
Andar hacia ese tren, ese autobús, que te va a llevar lejos del sitio donde realmente eres feliz. De las personas con las que realmente lo eres. Y que suene una voz en los altavoces que te avise de que ha llegado la hora, que te toca decir adiós. Que esa cuenta atrás que has llevado durante unos días se acaba, y los ojos empiezan a humedecerse.
¿Sabéis la sensación de dar un abrazo, y sentir mil cosas, que se te pasen mil cosas por la cabeza y no querer soltarte nunca…? pero se acaba el tiempo, y sólo se puede resumir en un “en nada nos vemos…”, “hasta luego”, “te quiero mucho”.  Pero tanto ellas como yo sabemos que nada va a servir para calmarnos. Que las lágrimas están ahí, y en cualquier momento vamos a explotar.
Y ahora es el momento en el que alguien suelta algo en plan… “si las vas a volver a ver”. O lo típico… “si habláis todos los días”. Y ahí es donde entra lo de siempre. Si no sabes lo que es llorar mientras se aleja con la maleta, si no sabes lo que es llegar a tu casa, y sentirte completamente solo, y que te falten sus risas, sus voces, su cariño incondicional, y sobre todo, si no sabes lo que es estar dispuesto a todo con tal de que sean un poquito más felices… no puedes opinar sobre esto.
 No puedes, porque no tienes la misma base que yo. Mi base, son esas personas de las que hablo. Y consigo avanzar, porque luchamos hasta el final y juntas.
Pero todo esto, todo el vacío que se queda cuando no las tengo a mi lado, no es nada comparado con la inmensa felicidad que me provoca una cuenta atrás, pero esta vez hacia unos días en los que sé que voy a desconectar de todo, y sólo tendré tiempo para ser yo misma.
Y creedme cuando digo que todo esto me compensa. Porque aunque el mundo esté al revés, aunque haya mil cosas por las que lamentarse, haya los problemas que haya… con esta unión que conseguimos, todo se nos queda pequeño. Porque la fuerza que tengo a su lado, no me la da nadie. La seguridad, el valor, el disfrutar de cada segundo porque sabes que están contados… pero a la vez olvidarse de que el tiempo existe al tener la sensación de que puedes parar el reloj. Es algo increíble. Algo único.
Algo que se consigue habiendo pasado por las dificultades que la distancia supone. Habiendo llegado al punto de echar de menos de una manera que te demuestra que lo que sientes es amistad. De la de verdad.
Así que, sí, la distancia es horrible. Pero me han tocado unas personas en mi vida que hacen que los kilómetros no nos ganen…
Echar de menos se ha convertido en una forma de vida, en un “ojalá estuvieran aquí” continuo.
Pero tengo suerte de haberos conocido, y de que me hayáis dejado formar parte de esto.
Doy gracias por haber podido encontrar gente real, aunque sea lejos. Y doy gracias porque nos quedan muchas despedidas. Porque eso significa que habrá más reencuentros. E incluso puede que llegue un momento en el que no tengamos que decir adiós.
Mientras, disfrutemos de lo que podamos…  y que no nos gane el tiempo ni los problemas. Que juntos, puedo con todo.


3 comentarios:

  1. A día de hoy leer esto me provoca muchas lágrimas... y sólo lágrimas. Es una distancia que a mí según voy teniendo más despedidas, más horrible se me hace. Es difícil, es muy difícil tener a gente tan jodidamente buena tan lejos. Que tiene la palabra indicada para cada ocasión, y que hace que me tranquilice a poco que me diga.

    Te echo mucho de menos, echo de menos tus abrazos, cada día que pasa más. Hasta que ya no haya más despedidas...

    Te quiero muchísimo, y creo que SLQH sigue tan presente en nosotras por esto mismo, porque NUNCA le podremos estar tan agradecidas por habernos juntado.

    Es algo imposible de entender si no lo vives, es algo inexplicable. Pero es nuestro.

    Hablamos todos los días, sí... pero la gente no es realmente consciente de lo que daría porque desapareciesen esas despedidas.
    Será que los imposibles también existen...

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  2. SIN PALABRAS.
    Eres increible, tengo muchisimas ganas de verte!
    te echo de menos, ni te lo imaginas. Espero que todo salga bien y que nos podamos ver en Mayo, te quiero mucho princesa :)

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  3. No hace falta que te diga lo de "te echo de menos" porque eso ya lo sabes o lo de "quiero darte un abrazo" porque eso también lo sabes...
    Lo de la distancia es algo que sí, que es jodido y lo sabemos con mucha certeza pero y lo bonitos que son los reencuentros? Esos no nos los quita nadie, el llegar a la estación, bajar del autobús, ese abrazo inmenso que no acabaría nunca, esas sonrisas desde el segundo 1 del reencuentro... todas esas cosas solo las conseguimos nosotras, solo nosotras sabemos lo que es sentir todo eso y nadie nos lo va a quitar. Que luego llega el día que todas odiamos, la despedida, y sentimos todo eso que tú bien has dicho pero como sabemos siempre es un "hasta pronto" aunque duela separarse nos vemos de nuevo SIEMPRE.
    No sabría como dar las gracias a aquello que nos unió y que todas sabemos lo que es. Que a pesar de que acabara nuestra amistad no lo hará nunca, y eso lo tenemos que tener más que claro :)
    Que te quiero mucho, que eso ya lo sabes también pero como dato ahí queda ;)
    Y que nos volveremos a ver, eso no lo dudes!
    Un abrazo enorme te daba yo ahora...
    Te quiero pequeña!

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