martes, 18 de septiembre de 2012

Da el equilibrio en las noches.

Puede resultar odioso a veces que esté ahí y ni siquiera te des cuenta.
Puede ser un consuelo que te acompañe por las noches y te mire desde ahí con “su pecho de plata”.
Pero quizá enfade que no pregunte si te molesta que su presencia se una a la tuya.
Entiéndela… ahí arriba está todo oscuro, y desde el suelo de Madrid incluso parece triste sin que nadie le ayude a brillar. Sólo está ella y el cielo negro.
De pequeña mi canción favorita era “Hijo de la luna”, de Mecano.
Esa canción me hacía pensar que de verdad tenía vida, y me gustaba mirarla desde la ventanilla del coche para ver cómo me seguía.
Han pasado los años y aun se me ponen los pelos de punta al escuchar esa canción.
Han pasado los años y ella sigue ahí.
Hay días que se esconde… pero todos merecemos algo de intimidad, ¿no? Pero eh, fíjate, cuando está llena también se llenan las calles de luz. A mí al menos me parece mágico.
Coge fuerza y brilla. ¿Sigues pensando que no vive? Pues tienes que verla en el cielo rodeado de estrellas, fuera de esta ciudad que no deja ver más que cinco.
Cuando se ve acompañada da la sensación de que ahí sí que está en paz.
Este verano pedí un montón de deseos a las estrellas fugaces… aunque la verdad que sólo me acuerdo de algunos.  Pero si esas noches de verano son especiales es por tumbarme en el suelo y mirar al cielo.
Ver que pase el tiempo que pase eso sigue ahí.
La luz que me aportan no me la quita nadie.
Mi luna se esconde, se hace más pequeña o reluce… pero cada noche me sonríe.
Lástima no poder hablar con ella… eso me lo tendré que buscar aquí abajo, donde se pierde la magia. Pero sólo un poco… hay cosas realmente increíbles.
A veces me parece que ella está más pálida, más fría y tiene más miedo que yo siendo tan grande y yo tan pequeña.
La noche es fácil, el tiempo parece no pasar. Todo “se deja para mañana”, “mañana será otro día”, “consúltalo con la almohada”. Los pensamientos se congelan y tenemos las claves de nuestra vida. Nos reímos en la cara del sol.
Luego llega el día y es más difícil. 


                                                      "Y si el niño llora menguará la luna para hacerle una cuna..."

2 comentarios:

  1. Debería estar prohibida la vida sin leerte, si es que me dejas con ganas de más y más y más, es precioso. Cuando parece que has demostrado ya todo, va y te superas de nuevo. ¡Sigue escribiendo, guapísima!

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  2. Me ha encantado, sigue asi.
    Un beso :-)

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