sábado, 11 de febrero de 2012

Gritar y recordar.

Alguien muy especial para mí dijo que en la vida hacen falta más susurros. Pero ¿y los gritos?...
Creo que es un mecanismo muy bueno para desahogarse…
¿Dolor? Grita. ¿Nostalgia? Grita. ¿Felicidad? Grita aun más, y que el mundo se entere de que tienes tanta alegría, tantas ganas de vivir dentro, que tienes que soltarlo. Tienes que gritarlo. Pero de verdad. Piensa que ese grito se escuchará en todos los rincones, y grita.
Nos romperíamos por dentro. Ese mismo alguien especial escribió que por la tristeza, o por la felicidad, merece la pena “romperse”. Merece la pena usar esa palabra. Y tiene razón.
Hoy he escuchado una canción… “El hombre que olvidó su nombre”.
Y he estado pensando en el título, me ha llamado la atención. Pensar que me pueda olvidar de mi nombre…
Pensar que pueda olvidar las cosas más importantes de mi vida…
Me he imaginado el despertarme una mañana y tener esa sensación el olvido. De vacío. De impotencia al no recordar…increíble.
Quiero recordar muchas cosas a lo largo de mi vida.
Porque nos alimentamos de recuerdos, y esto es así…  Y si alguien o algo te deja huella, lo hace porque lo recuerdas, y hay cosas tan importantes, que te han afectado tanto, que siguen en tu cabeza día tras día. Y muchas veces, esos recuerdos del pasado hacen que mires al futuro de otra forma. Te dan fuerza o te la quitan. Recuerdos de momentos, de personas…
Y, bueno, si algo me da tanto miedo como olvidar, es que me olviden.
Que se olviden de lo que soy para ellos, no dejar huella a nadie.
Lo que las personas buscamos es eso, que nos recuerden, y a poder ser con una sonrisa.
Me gustaría que la gente me dijera un “Eres inolvidable”… pero que me lo digan los de verdad, los que de verdad no me olvidarían. Los que harán lo posible por mirar hacia al futuro, pero con un recuerdo mío. Tiene el mismo valor que un “Te quiero” ¿no?
¿Qué tiene ver una cosa con la otra?… pues… creo que los recuerdos a veces gritan dentro de nosotros. Tantos los buenos, como los malos. Te pueden quemar o hacerte capaz de todo. Como las ganas de desahogarte. Porque creo que el alma, es el que chilla, no tú.
Y llegada a este punto tengo que confesar que no solo grito con la voz. Grito con la mirada, con las lágrimas, con las sonrisas. Con mi forma de andar, con la forma en la que respiro. Grito, pido ayuda, un abrazo. Pido que me sonrías tú también o que me preguntes el porqué de esa felicidad. Gritar, y recordar.  O recordar, y gritar.
Así que hoy brindo por mil recuerdos más que gritar.
Por las personas que para mí son inolvidables. Y por esas personas para las que he tenido la suerte de ser inolvidable.
Brindo por todos mis recuerdos clave… esos que uso día a día para ser quien soy.




2 comentarios:

  1. ¿Y qué decir? Pues que eres inolvidable, como lo que escribes, como ese positivismo que irradia cada línea, cada palabra, coma y punto. Que no hace falta mucho para darse cuenta. Alguien sin criterio ninguno.

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  2. ¿Inolvidable? ¿Hace falta decírtelo? Cuando día tras día me acuerdo de ti, hablo contigo y si pasa un día sin hablar el día es menos bueno...
    Claro que eres inolvidable. Eres inolvidable por ese 28 de Junio... o aquellos días de Marzo... aquel pequeño gran día que fue ese 20 de Mayo... o por el contrario también eres inolvidable por ese 28 de Octubre, 16 de Diciembre, 2 de Enero... o por el próximo 17 de febrero.

    Sí, eres inolvidable. Claramente lo eres. Igual en mi lista de gente inolvidable hay pocas personas, porque pocas han podido darme tanto en tan poquito tiempo.
    Te adoro, mucho.

    Eres mi trozo de cielo♥
    Ah, por cierto... si no recuerdo mal, quedan 120 horas.

    Aunque me canse y vengan miles de días grises, y mis palabras quieran rendirse ante la lluvia en el cristal. Me suena grande, los imposible también existen, son los que hoy me hacen decirte... que la fiesta empiece YA.

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